Monday, November 24, 2014

Murió con 20 años y su funeral fue una fiesta

La Unción de los enfermos: Murió con 20 años y su funeral fue una fiesta. A l...: No se entiende la vida sin la muerte. Aunque esta posea un aguijón afilado, tenerla presente impide estrellarnos por sorpresa ante el final...

Salmo 42: ¿Cuándo entraré a ver el rostro de Dios?

R. ¿Cuándo entraré a ver el rostro de Dios?

Como busca la cierva corrientes de agua,
así mi alma te busca a ti, Dios mío;
tiene sed de Dios, del Dios vivo:
R. ¿Cuándo entraré a ver el rostro de Dios?

Las lágrimas son mi pan noche y día,
mientras todo el día me repiten:
«¿Dónde está tu Dios?»
R. ¿Cuándo entraré a ver el rostro de Dios?

Recuerdo otros tiempos y desahogo mi alma conmigo:
cómo marchaba a la cabeza del grupo,
hacia la casa de Dios, entre cantos de júbilo y alabanza.
R. ¿Cuándo entraré a ver el rostro de Dios?

Por qué te acongojas, alma mía, por qué te me turbas?
Espera en Dios, que volverás a alabarlo:
«Salud de mi rostro, Dios mío».
R. ¿Cuándo entraré a ver el rostro de Dios?

Diré a Dios: «Roca mía, ¿por qué me olvidas?
¿Por qué voy andando, sombrío,
hostigado por mi enemigo?»
R. ¿Cuándo entraré a ver el rostro de Dios?

¿Por qué te acongojas, alma mía,
por qué te me turbas?
Espera en Dios, que volverás a alabarlo:
«Salud de mi rostro, Dios mío».
R. ¿Cuándo entraré a ver el rostro de Dios?

Salmo 30,3cd-4.6 y Sab 16bc-17: A tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu

R/. A tus manos, Señor, 
encomiendo mi espíritu

Sé la roca de mi refugio,
un baluarte donde me salve,
tú que eres mi roca y mi baluarte;
por tu nombre dirigeme y guíame.
R/. A tus manos, Señor, 
encomiendo mi espíritu

A tus manos encomiendo mi espíritu:
tú, el Dios leal, me librarás.
Tu misericordia sea mi gozo y mi alegría.
Te has fijado en mi aflicción.
R/. A tus manos, Señor, 
encomiendo mi espíritu

Líbrame de los enemigos que me persiguen;
haz brillar tu rostro sobre tu siervo,
sálvame por tu misericordia.
R/. A tus manos, Señor, 
encomiendo mi espíritu

Salmo 23: El Señor es mi pastor, nada me falta

Salmo 23: El Señor es mi pastor, nada me falta

El Señor es mi pastor, nada me falta.
En verdes pastos me hace reposar.
Me conduce a fuentes tranquilas,
allí reparo mis fuerzas.
R. El Señor es mi pastor, nada me falta

Me guía por cañadas seguras
haciendo honor a su nombre.
Aunque fuese por valle tenebroso,
ningún mal temería pues tú vienes conmigo;
tu vara y tu cayado me sosiegan.
R. El Señor es mi pastor, nada me falta

Preparas ante mí una mesa,
a la vista de mis enemigos;
perfumas mi cabeza,
mi copa rebosa.
R. El Señor es mi pastor, nada me falta

Bondad y amor me acompañarán
todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa de Yahvé
un sinfín de días.
R. El Señor es mi pastor, nada me falta

Salmo 22: Habitaré en la casa del Señor por años sin término

Salmo 22: Habitaré en la casa del Señor 
por años sin término

El Señor es mi pastor, nada me falta:
en verdes praderas me hace recostar;
me conduce hacia fuentes tranquilas
y repara mis fuerzas.
R. Habitaré en la casa del Señor 
por años sin término

Me guía por el sendero justo,
por el honor de su nombre.
Aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo, porque tú vas conmigo:
tu vara y tu cayado me sosiegan.
R. Habitaré en la casa del Señor 
por años sin término

Preparas una mesa ante mí,
enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume,
y mi copa rebosa.
R. Habitaré en la casa del Señor 
por años sin término

Tu bondad y tu misericordia me acompañan
todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor
por años sin término.
R. Habitaré en la casa del Señor 
por años sin término

Salmo 16: Al despertar me saciaré de tu semblante, Señor

Salmo 16: Al despertar me saciaré de tu semblante, Señor

Señor, escucha mi apelación,
atiende a mis clamores,
presta oído a mi suplica,
que en mis labios no hay engaño.
R. Al despertar me saciaré de tu semblante, Señor

Mis pies estuvieron firmes en tus caminos,
y no vacilaron mis pasos.
Yo te invoco porque tú me respondes, Dios mío;
inclina el oído y escucha mis palabras.
R. Al despertar me saciaré de tu semblante, Señor

Guárdame como a las niñas de tus ojos,
a la sombra de tus alas escóndeme.
Yo con mi apelación vengo a tu presencia,
y al despertar me saciaré de tu semblante.
R. Al despertar me saciaré de tu semblante, Señor

Sabiduría 3:1-9

Sabiduría 3:1-9

La vida de los justos está en manos de Dios y ningún tormento les afectará. Los insensatos pensaban que habían muerto; su tránsito les parecía una desgracia y su partida de entre nosotros, un desastre; pero ellos están en la paz. Aunque la gente pensaba que eran castigados, ellos tenían total esperanza en la inmortalidad. Tras pequeñas correcciones, recibirán grandes beneficios, pues Dios los puso a prueba y los halló dignos de sí; los probó como oro en crisol y los aceptó como sacrificio de holocausto. En el día del juicio resplandecerán y se propagarán como el fuego en un rastrojo. Gobernarán naciones, dominarán pu fieles a eblos y el Señor reinará eternamente sobre ellos. Los que confían en él comprenderán la verdad y los su amor permanecerán a su lado, pues la gracia y la misericordia están destinadas a sus elegidos.

Sabiduría 2:23-3:9

Sabiduría 2:23-3:9

Dios creó al hombre para la inmortalidad y lo hizo a imagen de su propio ser; pero la muerte entró en el mundo por la envidia del diablo, y los de su partido pasarán por ella. En cambio, la vida de los justos está en manos de Dios, y no los tocará el tormento. La gente insensata pensaba que morían, consideraba su tránsito como una desgracia, y su partida de entre nosotros como una destrucción; pero ellos están en paz. La gente pensaba que cumplían una pena, pero ellos esperaban de lleno la inmortalidad; sufrieron pequeños castigos, recibirán grandes favores, porque Dios los puso a prueba y los halló dignos de sí; los probó como oro en crisol, los recibió como sacrificio de holocausto; a la hora de la cuenta resplandecerán como chispas que prenden por un cañaveral; gobernarán naciones, someterán pueblos, y el Señor reinará sobre ellos eternamente. Los que confían en él comprenderán la verdad, los fieles a su amor seguirán a su lado; porque quiere a sus devotos, se apiada de ellos y mira por sus elegidos.

Lamentaciones 3:17-26

Lamentaciones 3:17-26

Me encuentro lejos de la paz, he olvidado la dicha. Me digo: ¡Ha fenecido mi vigor, y la esperanza que me venía de Yahvé! Recuerda mi miseria y vida errante: ¡todo es ajenjo y amargura! Lo recuerda, lo recuerda, y se hunde mi espíritu dentro de mí. Pero algo traigo a la memoria, algo que me hace esperar: Que el amor de Yahvé no ha acabado, que no se ha agotado su ternura; mañana a mañana se renuevan: ¡grande es tu fidelidad! «¡Mi porción es Yahvé, me digo, por eso en él esperaré!» Bueno es Yahvé para quien lo espera, para todo aquel que lo busca. Bueno es esperar en silencio la salvación de Yahvé.

Isaías 25:6-9

Isaías 25:6-9

Hará Yahvé a todos los pueblos en este monte un convite de manjares frescos, convite de buenos vinos. Consumirá en este monte el velo que cubre a todos los pueblos y la cobertura que cubre a todas las gentes; consumirá a la Muerte definitivamente. Enjugará el Señor Yahvé las lágrimas de todos los rostros, y quitará el oprobio de su pueblo de sobre toda la tierra, porque Yahvé ha hablado. Se dirá aquel día: «Ahí tenéis a nuestro Dios: esperamos que nos salve; éste es Yahvé en quien esperábamos; nos regocijamos y nos alegramos por su victoria.»

Eclesiastés 3,1-11

Eclesiastés 3,1-11

Todo tiene su tiempo y sazón, todas las tareas bajo el sol: tiempo de nacer, tiempo de morir; tiempo de plantar, tiempo de arrancar; tiempo de matar, tiempo de sanar; tiempo de derruir, tiempo de construir; tiempo de llorar, tiempo de reír; tiempo de hacer duelo, tiempo de bailar; tiempo de arrojar piedras, tiempo de recoger piedras; tiempo de abrazar, tiempo de desprenderse; tiempo de buscar, tiempo de perder; tiempo de guardar, tiempo de desechar; tiempo de rasgar, tiempo de coser; tiempo de callar, tiempo de hablar; tiempo de amar, tiempo de odiar; tiempo de guerra, tiempo de paz. ¿Qué saca el obrero de sus fatigas? Observé todas las tareas que Dios encomendó a los hombres para afligirlos: todo lo hizo hermoso en su sazón y dio al hombre el mundo para que pensara; pero el hombre no abarca las obras que hizo Dios desde el principio hasta el fin.

Daniel 12:1-3

Daniel 12:1-3

En aquel tiempo surgirá Miguel, el gran Príncipe que se ocupa de tu pueblo. Serán tiempos difíciles como no los habrá habido desde que existen las naciones hasta ese momento. Entonces se salvará tu pueblo, todos los inscritos en el libro. «Muchos de los que descansan en el polvo de la tierra se despertarán, unos para la vida eterna, otros para vergüenza y horror eternos. Los maestros brillarán como el resplandor del firmamento y los que enseñaron a muchos a ser justos, como las estrellas para siempre.