El luto por el que se va debería ser una muestra de un sentimiento interior más profundo. Pero como el hábito hace al monje y el respeto hacia el que se ha ido, hacia su familia y hacia los presentes es indispensable en ciertos momentos, es recomendable seguir ciertas normas en el vestir.
Color
El negro y el blanco se han alternado en distintos siglos y naciones como símbolo del luto. El uso del negro durante el imperio romano se sustituyó por el blanco en el mundo occidental hasta bien entrada la época medieval. En España, además, existió una «Pragmática Real» por la cual los Reyes Católicos imponían el color negro en el luto.
El protocolo en funerales y luto cambia en otros países. En la India, en muchos países asiáticos y musulmanes, el blanco sigue siendo el color a llevar. En la Europa Central, se utiliza a menudo un brazalete negro en la manga. Los judíos practican el shiv’ah, haciendo un pequeño desgarro en una prenda de vestir, simbolizando el dolor que se expresaba rasgándose las vestiduras en el templo de Jerusalén cuando moría un familiar.
Pero actualmente, la ropa de luto es algo menos habitual y formal desde los años 70. Es normal vestir ropa sobria y llevar trajes oscuros en un funeral. Pero según el grado de cercanía con el difunto, es más o menos «de rigor» ir completamente de negro. En los funerales de Estado así como en los casos de catástrofes o muertes de personas muy relevantes se impone igualmente el rigor de este protocolo, utilizándose el negro o el gris pizarra casi en exclusivo.
El traje de chaqueta
En funerales de Estado o de personas muy cercanas, el traje de chaqueta masculino debe ser en negro riguroso, de un tejido sin brillo o -como mucho- de raya diplomática o similar, siempre con un acabado que no se haga notar. La cuestión es mostrar respeto vistiendo de una manera distinta, más apagada y discreta. Evidentemente, en el caso de asistir al funeral de una persona menos allegada o de venir directamente del trabajo o de viaje, se comprende que es aceptable un traje oscuro, ya sea gris o azul marino, o bien una combinación de blazer azul con pantalón gris.
La Camisa
Ni rayas, ni cuadros ni colores. El protocolo indica llevar camisa blanca. No son momentos para dar lecciones de estilo ni demostraciones de un amplio guardarropa. Se trata de ir vestido de modo que se muestre consideración y pésame. Incluso las camisas azul claro no son las más adecuadas, aunque claramente –repetimos- si se viene directamente de otro lugar y no se ha tenido tiempo, lo que importa es la intención.
La Corbata y los zapatos
La corbata es el accesorio con el que más se puede jugar en el atuendo masculino. El luto impone la corbata negra, sin lunares ni rayas. Punto. En un momento dado, si no se dispone de una a mano, una corbata azul muy oscuro puede servir, pero sin ningún dibujo. Los zapatos. Negros, preferiblemente de cordones, con calcetines del mismo tono, conforman el luto más formal.
El abrigo
En invierno, el abrigo debe ser negro o azul muy oscuro. Las gabardinas deberían igualmente ser oscuras, aunque esta alternativa no siempre está presente en todos los guardarropas.
Ellas
La mujer, como en el vestuario habitual, tiene más opciones para llevar el luto. Puede ir de negro, blanco –como hizo la Reina Fabiola en el funeral del Rey Balduíno-, o bien de gris. Tambíen puede combinar blanco y negro. En el caso de un funeral de Estado o de alguien muy próximo, se impone de nuevo el negro riguroso. En otro tipo de funerales, las señoras menos cercanas pueden vestir de azul marino o incluso de algún tono burdeos oscuro.
Se puede llevar un cómodo y austero traje de chaqueta y pantalón, un abrigo, una gabardina negra, un traje sastre con falda, o un vestido negro–especialmente en verano-. En el reciente funeral por el 50 aniversario del Rey Pablo de Grecia, cada una de las asistentes más allegadas hizo gala de un estilo distinto y personal a la hora de vestir, siempre en negro. La Reina Sofía iba elegantísima con un traje sastre de falda en negro de Chanel. La Princesa Letizia lucía una gabardina negra, mientras que la Reina Ana María de Grecia vestía un tres cuartos en paño negro. La Princesa Marie Chantal de Grecia llegó con un abrigo corto bordado en el mismo color, Alexía de Grecia llevaba un abrigo de lana muy largo y su sobrina Olympia se presentó con una versión moderna del luto para una adolescente: falda relativamente corta, botines negros y cazadora negra de nylon.
Accesorios
Las mantillas y velos negros, antes tan comunes, están ya reservados en el mundo occidental para las visitas a los Papas o los funerales en el Vaticano. En la Semana Santa andaluza, no obstante, las señoras se visten a menudo con traje negro y mantilla para acompañar a los Pasos en su recorrido por las calles.
Las gafas de sol, antes impensables en un funeral, pueden ser la mejor máscara para la intimidad de aquellos que más han sufrido el acontecimiento, aunque siempre que se pueda se debe prescindir de ellas.
Los bolsos deberían ser negros discretos, al igual que los zapatos. En invierno, las medias irán mejor en negro mate. Los peinados, sencillos y sin llamar la atención. El maquillaje debe ser prácticamente inexistente y las joyas es mejor dejarlas para otras ocasiones.
En el entorno serio y solemne de un funeral, se trata de mostrar respeto y discreción. A pesar de todas estas indicaciones y aunque no lo parezca, cada uno puede ir a su estilo. No obstante, el luto uniforma, une y evita sobresalir. Por lo tanto es un momento para evitar estilismos complicados y originalidad.
Fuente: Marisa Fuente; abc.es
Color
El negro y el blanco se han alternado en distintos siglos y naciones como símbolo del luto. El uso del negro durante el imperio romano se sustituyó por el blanco en el mundo occidental hasta bien entrada la época medieval. En España, además, existió una «Pragmática Real» por la cual los Reyes Católicos imponían el color negro en el luto.
El protocolo en funerales y luto cambia en otros países. En la India, en muchos países asiáticos y musulmanes, el blanco sigue siendo el color a llevar. En la Europa Central, se utiliza a menudo un brazalete negro en la manga. Los judíos practican el shiv’ah, haciendo un pequeño desgarro en una prenda de vestir, simbolizando el dolor que se expresaba rasgándose las vestiduras en el templo de Jerusalén cuando moría un familiar.
Pero actualmente, la ropa de luto es algo menos habitual y formal desde los años 70. Es normal vestir ropa sobria y llevar trajes oscuros en un funeral. Pero según el grado de cercanía con el difunto, es más o menos «de rigor» ir completamente de negro. En los funerales de Estado así como en los casos de catástrofes o muertes de personas muy relevantes se impone igualmente el rigor de este protocolo, utilizándose el negro o el gris pizarra casi en exclusivo.
El traje de chaqueta
En funerales de Estado o de personas muy cercanas, el traje de chaqueta masculino debe ser en negro riguroso, de un tejido sin brillo o -como mucho- de raya diplomática o similar, siempre con un acabado que no se haga notar. La cuestión es mostrar respeto vistiendo de una manera distinta, más apagada y discreta. Evidentemente, en el caso de asistir al funeral de una persona menos allegada o de venir directamente del trabajo o de viaje, se comprende que es aceptable un traje oscuro, ya sea gris o azul marino, o bien una combinación de blazer azul con pantalón gris.
La Camisa
Ni rayas, ni cuadros ni colores. El protocolo indica llevar camisa blanca. No son momentos para dar lecciones de estilo ni demostraciones de un amplio guardarropa. Se trata de ir vestido de modo que se muestre consideración y pésame. Incluso las camisas azul claro no son las más adecuadas, aunque claramente –repetimos- si se viene directamente de otro lugar y no se ha tenido tiempo, lo que importa es la intención.
La Corbata y los zapatos
La corbata es el accesorio con el que más se puede jugar en el atuendo masculino. El luto impone la corbata negra, sin lunares ni rayas. Punto. En un momento dado, si no se dispone de una a mano, una corbata azul muy oscuro puede servir, pero sin ningún dibujo. Los zapatos. Negros, preferiblemente de cordones, con calcetines del mismo tono, conforman el luto más formal.
El abrigo
En invierno, el abrigo debe ser negro o azul muy oscuro. Las gabardinas deberían igualmente ser oscuras, aunque esta alternativa no siempre está presente en todos los guardarropas.
Ellas
La mujer, como en el vestuario habitual, tiene más opciones para llevar el luto. Puede ir de negro, blanco –como hizo la Reina Fabiola en el funeral del Rey Balduíno-, o bien de gris. Tambíen puede combinar blanco y negro. En el caso de un funeral de Estado o de alguien muy próximo, se impone de nuevo el negro riguroso. En otro tipo de funerales, las señoras menos cercanas pueden vestir de azul marino o incluso de algún tono burdeos oscuro.
Se puede llevar un cómodo y austero traje de chaqueta y pantalón, un abrigo, una gabardina negra, un traje sastre con falda, o un vestido negro–especialmente en verano-. En el reciente funeral por el 50 aniversario del Rey Pablo de Grecia, cada una de las asistentes más allegadas hizo gala de un estilo distinto y personal a la hora de vestir, siempre en negro. La Reina Sofía iba elegantísima con un traje sastre de falda en negro de Chanel. La Princesa Letizia lucía una gabardina negra, mientras que la Reina Ana María de Grecia vestía un tres cuartos en paño negro. La Princesa Marie Chantal de Grecia llegó con un abrigo corto bordado en el mismo color, Alexía de Grecia llevaba un abrigo de lana muy largo y su sobrina Olympia se presentó con una versión moderna del luto para una adolescente: falda relativamente corta, botines negros y cazadora negra de nylon.
Accesorios
Las mantillas y velos negros, antes tan comunes, están ya reservados en el mundo occidental para las visitas a los Papas o los funerales en el Vaticano. En la Semana Santa andaluza, no obstante, las señoras se visten a menudo con traje negro y mantilla para acompañar a los Pasos en su recorrido por las calles.
Las gafas de sol, antes impensables en un funeral, pueden ser la mejor máscara para la intimidad de aquellos que más han sufrido el acontecimiento, aunque siempre que se pueda se debe prescindir de ellas.
Los bolsos deberían ser negros discretos, al igual que los zapatos. En invierno, las medias irán mejor en negro mate. Los peinados, sencillos y sin llamar la atención. El maquillaje debe ser prácticamente inexistente y las joyas es mejor dejarlas para otras ocasiones.
En el entorno serio y solemne de un funeral, se trata de mostrar respeto y discreción. A pesar de todas estas indicaciones y aunque no lo parezca, cada uno puede ir a su estilo. No obstante, el luto uniforma, une y evita sobresalir. Por lo tanto es un momento para evitar estilismos complicados y originalidad.
Fuente: Marisa Fuente; abc.es
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